Foto de Carlos Carijo
Primero de mayo, día del trabajo. Para celebrarlo, una excursión por la sierra de Madrid. Tarde de primavera en Rascafría, y la voz de Calas y la música de La bien pagá, y un pastel de cidra de El Horno de Ana Conejo, y una conversación entre pronombres en una terraza a la orilla del Lozoya, y este cuento de Triunfo Arciniegas:
La enamorada del guerrero
El viento trae el perfume de los duraznos hasta la ventana abierta. La noche es tibia. La mujer peina sus cabellos y se unta de aceite hasta los pies, ansiosa de otras noches de amor. Aún no sabe que el cuerpo del guerrero se pudre en el campo de batalla.
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