martes, 30 de noviembre de 2010

Noches de letras y tapas en Casa Miguel

 
Casa Miguel, Bruselas
En Bruselas también existe una tertulia literaria en castellano. Es cada martes último de mes en Casa Miguel, un restaurante acogedor y una joyita escondida de cocina española. La tertulia es iniciativa del cantante lírico y poeta José Miguel Arranz y del chileno, poeta hondo y siempre exiliado, José Ponce Vicencio. Suelen ser habituales, entre otros, Gonzalo Suárez, Solimar Ojeda, Marisol Chao o Ignacio Clavero. Unos y otros irán apareciendo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

La maison du peuple.

 
Mañana de domingo, con sol, despedida y restos de nieve en los rincones. Luego, paseo por el mercadillo del Parvis Saint Gilles, quesos y dátiles con un café bien leído en La maison du peuple. Es un café que remodelaron hace un par de años y que ocupa la planta baja de la que, inaugurada en 1907, fue la Casa del Pueblo de un barrio de Bruselas lleno, aún más entonces, de españoles y portugueses.  Hoy es un café amplio, de ambiente caluroso y con mucha gente que lee y mira el frío al otro lado de los cristales. Da gusto.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Relimpios

 
Recoge hoy El País que la diseñadora británica Vivienne Westwood ha dicho que no es ecológico lavar tanto la ropa, que si uno suda es mejor ponerse un poco de talco en las axilas, y que hay que comprarse mucha menos ropa barata y alguna un poco más cara; seguramente ella lo dice porque sus estrafalarios diseños deben de ser carísimos; pero una cosa es verdad, a cuento de qué ese vicio de mudarse de ropa cada mañana, qué desperdicio, esas lavadoras todo el día trabajando

(y ahora, a coro, ¡qué guarro!)

Pues no, pero… y se acuerda de aquel chiste de la infancia, oído entonces en su contexto, tan rural:

El hombre que se dispone a ordeñar a la vaca a la sombra del olivo y al poco de empezar la tarea, va la vaca y zas, una patada y la caldereta por el suelo; contrariado, coge una cuerda, le traba las patas y reemprende la tarea; pero al momento, la vaca, ahora con el rabo, otra vez zas y la leche nuevamente por el suelo. Entonces, indignado, el hombre decide atar el rabo de la vaca a una rama del olivo, y cuando está ya en medio del proceso se da cuenta de que no tiene más cuerdas en el bolsillo, pero por no empezar otra vez, aquello de sabe Dios dónde habrá ahora una cuerda, etc., decide quitarse el cinturón y utilizarlo como atadura; justo cuando está en plena función, los brazos con el rabo en alto, la rama del olivo, los pantalones bajados, entra un vecino,

—    Pero, Antonio, muchacho ¿qué haces?
—    Eh, huy, hum… Mira, tirándome a la vaca, porque si te digo otra cosa, no me vas a creer.

Pues eso, que a qué tanta limpieza de lo limpio, que menudo derroche, que cuánto desperdicio.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mi mejor enemigo


Hay guerras con muertos que nunca han existido, la de 1957 en Sidi Ifni, por ejemplo. Son guerras borradas, intencionadamente suprimidas, menospreciadas. Otra de estas fue el llamado Conflicto del Beagle que estuvo a punto de provocar en diciembre de 1978 una carnicería entre argentinos y chilenos por culpa de unos cuantos perejiles sin importancia, otra vez lo del valor estratégico.

En 2005, el director chileno Alex Bowen filmó Mi mejor enemigo, una crítica de aquel enfrentamiento tan ridículo como innecesario, de aquella casiguerra que no llegó a estallar del todo y que dejó en medio de la Patagonia a unos cuantos desgraciados olvidados, muertos de frío y vestidos de soldados.

Es verdad que no es la película perfecta, que es otra película más sobre lo absurdo, lo ridículo, lo vergonzoso y lo patético de la guerra, pero se deja ver, te mantiene atento y, en cualquier caso, se agradece su humor, el rescate del bochorno y su intención.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Positos de vino


Es fácil y confesable la admiración por Héctor Abad Faciolince. Por la destreza de su prosa, por su maestría en el uso del idioma, por su dominio de la estructura narrativa, por esa facilidad que tiene para hacer literatura de su biografía, etc. Es verdad también que El amanecer de un marido no es El olvido que seremos, pero sigue siendo un libro bueno. Son dieciséis cuentos que giran casi todos en torno al matrimonio, que hablan del aburrimiento, la fantasía, el desprecio, la sospecha, el rencor, la inseguridad, el cariño, etc., que genera la monogamia, del cansancio que sigue al entusiasmo del enamoramiento, etc. Resultan particularmente atractivos los dos cuentos con los que arranca y termina el libro, y que no van precisamente de lo que van los otros, el primero, “Álbum”, lírico y triste, trata de un olvido y la muerte de una madre; el último, “Mientras tanto”, del dolor y el miedo de un escritor que imagina su propia muerte en un país desangrado por la impunidad y la violencia. En cualquier, caso un buen libro de cuentos.

En cierta ocasión le afearon a Héctor Abad Faciolince que se quejara de tener tan mala memoria, siendo, como era, tan generoso en las citas literarias; y entonces él se defendió, dijo, es que yo he leído mucho, llevo desde los quince años leyendo y leyendo y leyendo sin parar, y para todo lo que yo he leído, lo que recuerdo es nada, lo que he olvidado son cúmulos y cúmulos de libros, de ideas, de buenas películas, de buenas novelas. Dijo más, es como si un vaso de vino se hubiera evaporado y lo que queda es un polvito en el fondo, eso es lo que yo recuerdo. Pues eso, que para quien no ha leído tanto y lo que recuerda es ya únicamente polvo erosionado, sería un consuelo que al menos alguno de estos cuentos de El amanecer de un marido terminara siendo positos de vino.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Rosana Hilara en el Retiro

 Silencios Óleo/lienzo, 81x100

Esta tarde, a las cuatro, en la sala de exposiciones del distrito de Retiro (Avenida Ciudad de Barcelona, 162) se inaugura una exposición de la pintora Rosana Hilara.

Sobre la obra expuesta, la también pintora Belén Elorrieta ha escrito: “Me gusta ver como Rosana afronta la realidad de un cuadro. Parte de un fondo abstracto y comienza el dibujo de un boceto sin demasiado detalle. Perfila y ordena las formas con una línea, y luego, a golpes de pincel-martillo, va construyendo el espacio…”. “Su atrevimiento y su libertad en el trazo es una proyección de su personalidad”. “Esta pintora posee un impulso arrollador y vigoroso, (…) se compromete en todo lo que considera digno. Sabe de valentías y compromisos”. “Sus figuras y sus ciudades son nuevas realidades, son presencias imaginadas, que les hace aparecer ante nuestra mirada como seres verdaderos. Y esto sólo es así cuando una obra muestra la verdad”.

La exposición estará abierta hasta el trece de diciembre, de lunes a viernes y desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Ensor démasqué

Chinoiseries, éventails et étoffes (1880), detalle, Le soir.
James Ensor nació en Ostende hace ciento cincuenta años. Para conmemorarlo y rentabilizarlo el banco ING, el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (KMSKA) y el Palacio de Bellas Artes de Bruselas (Bozar) han organizado la exposición Ensor desenmascarado. Una retrospectiva de óleos y grabados de quien es considerado como uno de los pintores más destacados del expresionismo y una figura fundamental en la historia de la pintura belga. En la muestra hay bastante obra, hay interiores y paisajes de su primera etapa, cuando pintaba en consonancia con el reconocimiento establecido de su tiempo, y están, claro, los payasos, los esqueletos, los colores chillones, las pinceladas vibrantes, pastosas, etc., que le convirtieron en referencia del arte contemporáneo. Son esas máscaras las que explican que este año, con la excusa del aniversario, también se hayan organizado exposiciones de Ensor en Madrid, París, Gante, Ostende, Tourcoing, etc. Es normal, lo que pasa es que la exposición de Bruselas se anunció con tanto bombo, tanto boato, acontecimientos del año en Bélgica, etc, que lo que hubiera sido una grata sorpresa en un museo provincial acabó siendo sólo otra exposición más (con regusto a decepción y escaparate).

martes, 16 de noviembre de 2010

Lo peor de todo


Hay novelas que se olvidan con facilidad y lectores de novelas que olvidan fácilmente. En cualquier caso, sabía que Lo peor de todo era una novela pendiente. Casi todavía eran los tiempos de la Avenida de los Quijotes y aquello fue un éxito de público y de crítica, se decía que se estaba traduciendo por toda Europa, se hablaba de Lo peor de todo y de la generación X, se daban nombres nuevos, Mañas, Gopegui, Magrinya, se decía, rebeldía y conformismo, la generación de la apatía, etc.

Luego, bastantes años después, vio el título reeditado por Alfaguara y se acordó de que Lo peor de todo seguía pendiente.

Son poco más de cien páginas narradas en primera persona, cuadros fragmentarios, frases cortas, imágenes que entran y salen de una misma historia, una historia triste de infancia y desencanto, de amor abandonado; un lirismo sucio, a veces manchado de sangre, a veces sucio y triste, a veces, sólo sencillo, T. se ponía un vestido corto, de niña fea, y estaba preciosa.

Entonces no quiso leerla y ahora no se arrepiente, de haberla leído, claro. En cualquier caso, mucho mejor de lo que muchos dijeron.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ficción


Le gusta mucho el cine de Cesc Gay. Dijo, Sábado, llueve, qué mejor. Luego lo confirmó. Ficción es una película sencilla, serena y honda, que escarba, una película en la que pasa lo que alguna vez pasa en la vida, que el amor llega y se va y te deja desconsolado y tiritando, dubitativo, fiel y contrariado. Una película en la que hablan los silencios y las miradas y en la que, raro, la fidelidad, pese a la infidelidad, sale ganando. Y debe ser que el amor, a veces, al menos algunas veces, también es eso, dejarlo ir, seguirle el rastro en el recuerdo, adornarlo, revivirlo como ascua entre las manos en invierno. Luego está el magnetismo de Eduard Fernández, la frescura de Montse Germán, el paisaje de los Pirineos, etc, y, sobre todo, el regusto que dejan las historias bien contadas.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Frágil


Mañana fría que desuela, parada de autobús sin marquesina, entre las manos, Frágil, de Javier Rodríguez Marcos,

Odisea

Este es el primer día
del invierno. La estación amenaza.
Han puesto cerco a la ciudad los truenos,
se oscurecen las cosas y así todo
parece demasiado.

El aliento cortado del frío de noviembre
es un animal ciego
que llama a las ventanas.

La música del mundo es esta noche
el ruido del camión de la basura,
su canto de sirena
callada y parpadeante.

Hoy se juega la vida. Tal vez lo extraordinario
no esté en lo extraordinario,
sino en sobrevivir
al tedio duro y seco de días como éste.

Amenaza tormenta.
Una paz momentánea nos remonta la espalda
si pensamos de pronto, tumbados en el suelo,
atados sin remedio al mástil de la nada,
que no estaría mal
que nos partiese un rayo.

Levantó los ojos, dijo, Parece rigurosamente tal cual.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Perito en lunas


Este miércoles se inauguró en el Instituto Cervantes de Bruselas la exposición “Perito en lunas”. En total, en las tres salas del edificio de la Avenida de Tervurenlaan, están colgados 42 grabados de Ángel López Monsalvo inspirados en poemas del primer libro de Miguel Hernández. Las obras, que este año se han exhibido ya varias veces en España y que antes estuvieron en la Sede de la Fundación Comunidad Valenciana-Región Europea de Bruselas, se expusieron por primera vez en la sala Puente Cultural de Madrid en marzo de 1977, cuando los tiempos eran otros.

Hay un constante estío de ceniza
para curtir la luna de la era,
más que aquélla caliente que aquél iza,
y más, si menos, oro, duradera.

Una imposible y otra alcanzadiza,
¿hacia cuál de las dos haré carrera?
Oh tú, perito en lunas, que yo sepa
qué es de mejor sabor y cepa.

Fue entrañable escuchar en la voz del también poeta José Miguel Arranz, con la música de Alberto Cortez, los versos de las nanas de la cebolla.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Caballero y Vallejo en Passa porta

En una noche fría en la Librería Passa porta fue muy reconfortante escuchar a los colombianos Antonio Caballero y Fernando Vallejo en conversación con Thierry Altman. Desde 1987 el  Ministerio de Cultura francés, a través del Centro Nacional del Libro, organiza lo que se llama el festival Les Belles Etrangères que tiene la finalidad favorecer la difusión en Francia y en Bélgica de la literatura que se hace en otros sitios. Este año tocaba Colombia y a Bruselas le correspondió Caballero y Vallejo (Faciolince, por ejemplo, estaba en París).

Vinieron para hablar de la vitalidad creativa de la literatura colombiana pero de eso fue de lo que menos hablaron. Lo hicieron sobre todo de ellos y de la nada, de la violencia que es y no es, que siempre está presente pero que no siempre amenaza, de la puta de Babilonia y la perversidad de todas las religiones, etc. Provocación e inteligencia, qué facilidad y qué descaro. Daba gusto y muchas ganas de seguir leyendo. Y durante toda la conversación, Antonio Caballero parecía Caballero Bonald (el mismo gesto que amenaza enfado, algo más dulce la sonrisa) y Vallejo un niño bueno metido a malo. Qué pena que algunas cosas se acaben tan pronto (teniendo en cuenta también el frío que hace afuera).

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Giulia Telaro

Lee con tristeza lo que se cuenta de El Aaiún y se acuerda de Giulia. Ella estuvo allí, Giulia Telaro, joven, inteligente, generosa, sobradamente preparada, estuvo por allí meses seguidos y se cansó. Se agotó de curar con palabras la tristeza y la sinrazón. Les veía irse, salir de la jaima, y se quedaba desahuciada. Ella lo sabía, únicamente podía ofrecer gestos, paciencia, una comprensión infinita y las manos atadas, alambrabas, emparedadas… Pero las heridas abiertas no se curan con palabras. Tú no te impliques, lo contó un día en Cáceres con tristeza, con dolor, y él vio su imagen, la noche haciéndose noche tras noche, el silencio afuera, su rostro mirando un techo indemne, vacío, un techo empapelado de resoluciones y lo entendió.

Giulia Telaro no es mujer para no implicarse, no aguantó, un día ganó coraje, renunció a una prometedora carrera en el maratón de la ayuda humanitaria y se volvió.

Ya de vuelta, aquel mediodía de amistad, de navidades y cervezas, él le oía hablar, tan comedida, tan certera, tan prudente, y lo pensó, Qué coraje. Hay que ser valiente para no querer seguir jugando al juego de los buenos, malos y malísimos, para no querer seguir viviendo del cuento de las buenas intenciones y la minurso, el de los cielos rasos y los millones estrellados, contra la arena, contra las esperanzas rotas, desasistidas, alentadas, reprimidas. 

Hoy aquí, tan cómodamente lejos, él lo piensa, Qué vergüenza, todos preocupados y ellos muriéndose; y se acuerda con cariño de Giulia Telaro y le viene a la memoria el arranque de un poema de Adriana Merino, otra desahuciada, aquel que dice,

Soy como el viento;
que porfiado se debate
en las MURALLAS de
la ciudad maldita.

Se debate, tenaz, queriendo
derribar la puerta blasonada.
La de recios pilares inviolables.
Guardiana del puente colgante
proyectado en el vacío.
Limitando, fustigado la esperanza
del arribo a la morada el reposo
prometido, anunciado en los inicios
de los tiempos…

Ay de aquél, que desató
del mar la furia,
desafío la aridez del DESIERTO
y fue testigo del naufragio
de las naves…

martes, 9 de noviembre de 2010

Itinerancia y novelones


Se despertó de veinte días de itinerancia y un novelón.

Dijo,

- Hay novelas enormes e imprescindibles, pero ésta es sólo buena.
- ¿Sólo?
- Bueno, si apuras, sólo casi buena.
- Pero a ti te gusta como pocos.
- Sí, crea ambientes como pocos, pero ésta le salió innecesariamente extensa y previsible.

Luego se calló, y luego dijo,

- Alguien tendría que decírselo.