viernes, 26 de noviembre de 2010

Relimpios

 
Recoge hoy El País que la diseñadora británica Vivienne Westwood ha dicho que no es ecológico lavar tanto la ropa, que si uno suda es mejor ponerse un poco de talco en las axilas, y que hay que comprarse mucha menos ropa barata y alguna un poco más cara; seguramente ella lo dice porque sus estrafalarios diseños deben de ser carísimos; pero una cosa es verdad, a cuento de qué ese vicio de mudarse de ropa cada mañana, qué desperdicio, esas lavadoras todo el día trabajando

(y ahora, a coro, ¡qué guarro!)

Pues no, pero… y se acuerda de aquel chiste de la infancia, oído entonces en su contexto, tan rural:

El hombre que se dispone a ordeñar a la vaca a la sombra del olivo y al poco de empezar la tarea, va la vaca y zas, una patada y la caldereta por el suelo; contrariado, coge una cuerda, le traba las patas y reemprende la tarea; pero al momento, la vaca, ahora con el rabo, otra vez zas y la leche nuevamente por el suelo. Entonces, indignado, el hombre decide atar el rabo de la vaca a una rama del olivo, y cuando está ya en medio del proceso se da cuenta de que no tiene más cuerdas en el bolsillo, pero por no empezar otra vez, aquello de sabe Dios dónde habrá ahora una cuerda, etc., decide quitarse el cinturón y utilizarlo como atadura; justo cuando está en plena función, los brazos con el rabo en alto, la rama del olivo, los pantalones bajados, entra un vecino,

—    Pero, Antonio, muchacho ¿qué haces?
—    Eh, huy, hum… Mira, tirándome a la vaca, porque si te digo otra cosa, no me vas a creer.

Pues eso, que a qué tanta limpieza de lo limpio, que menudo derroche, que cuánto desperdicio.

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