sábado, 11 de febrero de 2012

Por entre el frío solos y a escondidas

Foto: La lechuza

Al café, llega uno tras otro, como una procesión, de hormigas, discontinuos, la puerta, la sonrisa, la bolsa al lado, las copias de deuvedés apiladas en la mano, a veces, del bolsillo, tres relojes, mostrándolos por las mesas, a cada paso la sonrisa, el no, no, no, raramente el no y la mirada, y otra vez el frío ante la puerta.

Los veo alejarse tras el cristal, solos, y me conmueve su entereza, se eu fosse enlouquecia, tanto no, ese frío afuera.

2 comentarios:

Isabel Román dijo...

Uff, qué escalofrío, y qué tristeza me da el revivir esta escena cotidiana que describes con tanta fuerza, Antonio.
(¿Cómo ser felices individualmente, viendo lo que tenemos alrededor? Ya todo es agridulce; no es posible torcer el gesto y mirar para otro lado)
Un abrazo

antónio dijo...

Sí, Isabel, demasiado agrio algunas veces. Un abrazo grande.