Foto blog El libro del destino
Un domingo de felicitación y de provecho. Terracita con sol, mucho café y mucha lectura. También inglés de niños y la muerte de Tabucchi, otro escogido de Lisboa, en Lisboa. Y otra vez, palabras y desplazamiento.
(...) un comentario que una amiga artista me hizo en julio del año 2000. Ella había venido desde Roma para estar un mes por primera vez en Winnipeg, Canadá. Cuando llegó el momento de regresar a “su casa” en Roma, le dije: “Estarás deseosa de regresar a casa”. Hizo una pausa, me miró buscando las palabras adecuadas y me respondió: “Yo estoy siempre en casa. Estoy en casa en un avión, en ciudades, estoy siempre en casa porque mi casa soy yo. Nunca llego o me voy estoy siempre ya allí”. Es sin duda una elección, una manera de estar en el mundo, habitar un territorio en el que nos encontramos en un determinado momento. Es en este sentido en el que sostengo que nuestra “morada” es el instante, el presente. Y es en este presente donde una nueva cultura está siendo formulada, una nueva literatura que se resiste a la clasificación y a la inscripción.
2 comentarios:
A mí me pasa un poco lo mismo, estoy en casa cuando estoy rodeada de quien son mi casa. Pero también siento que llego a casa cuando llego a una ciudad que no me intimida, en la que no me da miedo salir por la noche y en la que sé cómo moverme. Y cada vez que llego a una de mis casas físicas (no mías materialmente, si no aquellas que siento mías) hay rituales que marcan la llegada: beber agua del grifo, colgar las llaves en el llavero de la pared, mirar las fotos de la mesa del comedor.
Sí, Sonia, cada vez será más así. Seremos más así, en doble sentido de la frase. Un abrazo.
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