La casa de los conejos es una novela que mezcla ficción y realidad. Mucha realidad y sólo un chorrito de ficción, pero se bebe con mucho placer una novelita como esta. Laura Alcoba cuenta cómo vivió una niña de nueve o diez años la clandestinidad de la guerrilla montonera en los tiempos difíciles del llamado "proceso de recuperación nacional". Era en esa casa donde, con la tapadera de una explotación de conejos, se imprimía clandestinamente el periódico "Evita Montonero", donde tenían lugar reuniones secretas, donde se escondían armas, etc. Era allí donde, la niña que fue la autora que es, aprendió a mirar y a no decir, a saber y callar. En aquella casa Laura Alcoba vivió algún tiempo escondida con su madre, clandestinamente, y fue aquello que vio entonces lo que cuenta ahora; lo que sugiere, porque más que narrar la autora insinúa; no hay análisis, sólo memoria, retazos, fragmentos, estampas. Y esa es, sin duda, la valía de esta novela, que cuenta casi todo sin decir casi nada. No debe de ser fácil, tampoco debió de serlo entonces.
viernes, 8 de abril de 2011
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