domingo, 5 de junio de 2011

Siete días en Francia


Semana de kilómetros y paisajes por Francia. Varias direcciones y algunos reencuentros, el gozo de vivir.

Dijon, 2 Grand rue, Morey Saint Denis, una casa típica borgoñona, una señora de edad y de elegancia, un trato respetuoso y deferente; hay gente así, saben estar y sólo con estar se hace querer.

En Marsella la plaza Jean Jaures, un mediodía de buen tiempo, una librería de viejo, la certeza de otro mundo posible, Melo Café, cafe concierto, el placer saboreado, siempre que voy, siempre que puedo, cocina sabrosa, sencilla. Del resto, ya se sabe, una ciudad más del sur en el sur, la luz del Mediterráneo, la vida callejeada, también los pasos desubicados, la suciedad, el bullicio, la cercanía.

Aix-en-Provance, Archivo de Ultramar, los legajos del exilio, la atención de Madame Vidal, la memoria de Monsieur Jiménez, muchas signaturas y, si pudiera, una semanita para septiembre, otro martes de mercado.

Manosque, la Provenza en verano, la conversación, José Luis, Corina. La ferme Le Moulin d’Espagne, por fin el paisaje tantas veces recontado, y allí, todos, Paule, Fabienne, Remy, las escaleras del morito y ellos riéndose, tan jóvenes, Teresa, Emilia, José Antonio, Mercedes, Manolito, Bernard… En Provenza una dirección puede ser Les Marronniers, Corbières, chambre d’hôte, table d’hôte y los desayunos de Dominique

También Grenoble, Ginebra, bien de mañana por las montañas del Jura, un desayuno placentero en la plaza de Saint Laurent, Cremerie-Fromagerie, y este y este y este y hubo que hacer sitio para los quesos; otra vez Besançon, la librería Camponovo, interminable, completísima; luego la carretera, el paisaje oscureciéndose, el insoportable pop de los noventa, más carretera.

Y ya de noche, el verano en Bruselas, el regodeo de la vuelta, la casa, tan predispuesta, tan generosa, esperándonos, abrazándonos.

3 comentarios:

Juan Carlos Sierra dijo...

Lástima que este año no hayamos podido coincidir en Madrid para la Feria del Libro. Pero veo que no perdéis el tiempo. Disfrutad de vuestro periplo francófono.
Besos.

antónio dijo...

Pues sí, Juan Carlos, una lástima, porque el pic-nic en el Retiro y luego el rato contigo en la caseta es en Madrid de lo mejorcito de la primavera.

Juan Carlos Sierra dijo...

Bueno, siempre habrá más Ferias del libro en Madrid, otras primaveras.