martes, 4 de enero de 2011

Feliz año nuevo con un poema de Mario Lourtau


Las mejores vistas de Casablanca estaban en el balcón de Mario Lourtau. Era un apartamento alto en la colina de Anfa, abajo, repartiéndose, el verde rico, el océano al fondo. Era una costumbre, un día a la quincena, la amistad, se hablaba de la tierra, de la gente de la tierra, de las letras de la tierra. Desde entonces, una fe ciega en el poeta y muchos versos subrayados. Con estos que siguen, a todos vosotros, a todas vosotras, mis mejores deseos y mucha amistad.

CÍRCULO DE PIEDRA

No toca el mar los valles de esta tierra erizada
de cerezos y olivos,
de encinas mordidas por la luz, y de alcornoques
silenciosos como una homilía, una tierra
dominada por la crin del caballo y por los ríos,
por la brisa fecunda que asciende de sus huertos 
y por las aves que migran surcando sus ocasos.

Acostumbran los hombres de estas tierras
a cercar sus dominios de aquel modo distinto,
como hicieran los abuelos hace ya muchos años:
primero con la vista  - avaro catalejo -
pretendiendo abarcar más allá de la niebla y de la helada,
y después, pretenciosos, guardando lo que es suyo,
formando una alcazaba de guijarros
en campos y parcelas.

Desde las carreteras, aún visibles,
las piedras ponen límite y frontera al territorio,
igual que antiguamente se apilaban,
como un redil donde se erige el fuego,
pequeños aerolitos
donde el sueño y la nostalgia ardían junto a las brasas
y los cuerpos de escarcha encontraban cobijo.

La llama y la costumbre de los hombres de entonces
singuen firmes por los valles del presente,
seducen a viandantes y a turistas 
procurando un espacio generoso y celeste,
un paraje de ensueño
que jamás imaginaron al pisar los dominios
de esta tierra de fuego y de conquista,
a la que no toca el salitre, ni el coral, ni la espuma,
ni los pecios de barcos, ni las tristes derivas,
porque el mar de sus campiñas es la dehesa
donde crece la encina, la jara, el acebuche.
donde nacen los sueños de los hombres valientes
y descansan las tardes al sol de los guijarros.

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