Es así, un escenario sobrio, una mesa, cuatro libros sobre ella, una lámpara y una silla, únicamente. Un hombre entra en el escenario y coge un libro, dice, Este libro me cambió la vida. El hombre, un bigote y una voz, es el actor Jean Rochefort, y el libro, Desgracia de J. M. Coetzee. Comienza a leer.
El universo de Coetzee empezó a multiplicarse y la voz, natural, magistral, de Rochefort les dejó clavados en la butaca, babeando. Fue el viernes, en el teatro de la Plaza Flagey, dentro del ciclo El Maratón de las palabras (y de los actores).
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