domingo, 18 de diciembre de 2011

La voz que no cesa


Fue en Oviedo, en aquel edificio de Salesas, al salir por la puerta que llevaba a los alsas y a mi casa, su voz, buah, sobre mis pasos y allí retenido a la puerta de la óptica, disimulando, oyéndola.

Y luego buscándola, también por las tascas de Mindelo en San Vicente, con Teresa y Toñi, qué buenos los días, aquellos dos muchachos de Oporto, el viaje en avioneta con la vieja yéndose con el año viejo. Y desde entonces, cuántas veces.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, un blog estupendo. Un beso desde las Vegas Altas.Cristina Ruiz.

Unknown dijo...

Feliz año Amigo, te mande un mail pero nose si llegaste a recibirlo por eso uso esta via espero que todo vaya muy bien, un abrazo