lunes, 18 de mayo de 2020

¿Qué es esto?

¿Qué es esto? He debido de quedarme dormido. Abro los ojos y la conozco. Es ella, lleva décadas pidiendo silencio en pasillos y habitaciones de hospitales. Para los sanitarios ya debe de ser de la familia. Coja aire. Respire. Cuando me ingresaron con la neumonía también ella me miraba desde la pared y pedía silencio. Coja aire. Respire, quien me habla es joven como ella, pero no es de cartón, se mueve, tiene los ojos negros, la voz distorsionada por las barandillas de trapo, los dedos de plásticos en mi antebrazo, es un hombre vestido de astronauta, Coja aire. Respire, debe de estar lloviendo en el firmamento porque va impermeabilizado. ¿Ya he vuelto de Canarias?, le pregunto; me sonríe, sí, tal vez me sonríe, pero va tan parapetado que no puedo saberlo. Si llueve, tiene que ser con fuerza. Chuzos de gérmenes. Coja aire. Respire, pero ya no lo veo, solo me ha dejado su voz. Virus, bacterias, parásitos, hongos, caen chuzos de flujo y de saliva y yo nunca he sabido distinguirlos, solo asociarlos: virus invierno, bacterias verano, parásitos cabello, hongos pies. ¿Por qué me miras con esa sonrisa de angelito, el índice en los labios, la cofia ladeada?, ¿nadie te ha dicho que tienes mala cara? Pues te lo digo yo, estas descolorida, si sigues ahí colgada te vas a quedar del color de la sepia. ¿Y Respire?, ¿dónde se ha metido? También a ti te van a mandar a Canarias. Tú tampoco pintas nada en esta empresa. ¿No oyes las ruedas del carrito de la medicación? ¿A ti no se te clavan en la sien? Querida niña de tocado azul e índice en lo labios, dile, por favor, al del carrito, que lo engrase, que si a él le gustan que suenen, a mí me hacen daño, díselo, por favor, a quien sea, a cualquiera, me da igual el color, tampoco he sabido nunca distinguir el color de los uniformes, médicos, enfermeros, auxiliares, que engrasen los ejes de ese carrito. ¡Espera! ¡Escucha! ¿No oyes su voz? Ha vuelto Respire. Dice, aliviarle el malestar, debe de ser el mío, pero no me habla a mí. ¿A quién se lo dice? También, ¿anestesia o aneurisma? No he podido distinguirlo, pero me da igual. De epidemia a pandemia pasando por Wuhan, ¿Quién fue el hijo de su madre que se cepilló al pangolín? ¿Quién habla ahora? Me va a explotar la cabeza, ¿Niña pálida, por qué no te hacen caso?, ¿por qué no regalan epis con sonómetros? ¿No les has hablado en todos estos años de la elocuencia del silencio, de que si nadie habla, nadie domina? Niña, bonita, vente conmigo en medio del lago, pero no toques los remos, no hagas ruido, solo susurra: Moisés, tú que paraste el sol durante un día, ven a despuntar de espinas esta corona