viernes, 31 de diciembre de 2010

¡Que entre bien!



Un paseo por la parte antigua, las piedras húmedas, la compañía que quieres...

- ¿Algo más?
- ¿Y para qué?

jueves, 23 de diciembre de 2010

El juego de la taba y la maleta del viajero


Siempre que hace la maleta se acuerda de ese poema. Como la maleta lleva varios días abierta, hace varios días que tiene ese poema en la cabeza. También le ha pedido a los reyes un libro que acaba de editar Calambur. Sabe por los amigos del autor que es un cuaderno de notas, de aforismos, de breves textos sin demasiada conexión, apuntes líricos, filias, fobias... No pierde ocasión, lo dice en cuanto puede, es un autor recomendable.

La maleta del viajero

En esta maleta guardo mis cosas:
el viejo pijama, regalo de mi madre, que nunca me puse,
un trozo de sol en el hombro de ella,
una piedra que sabe del agua más que los peces mismos,
los primeros dientes que mis hijas perdieron,
poemas de amigos que ya no son ni están, pero permanecen,
los ojos, también de ella, cuando anochece,
un telegrama que anunciaba desastres,
el jersey de lana de un amigo muerto,
una música antigua de violines y pianos,
la voz de ella para hablarme de todo esto allá donde vaya
y una cuerda de cáñamo
por si tengo que huir de mí mismo
o ajusticiar a un miserable.

Espero no haberme olvidado de nada:
siempre se olvida algo al cerrar una maleta,
pero nada es importante si se olvida.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Nieve

Foto de leJJD.fr

Afuera nieva, lleva días nevando, la maleta abierta y la nieve en la ventana. El periódico anuncia en titulares que la nieve está de vuelta, pero la nieve no se ha ido. La maleta lleva días abierta y quizá tampoco ellos se vayan. La previsión meteorológica anuncia más nieve para la tarde. Nieve ligera y lluvia verglaçante.

-    ¿Has metido los libros?
-    ¿Y si nos tenemos que quedar?

lunes, 20 de diciembre de 2010

Ligablo


Tengo entendido que Ligablo en el lenguaje del Congo es un comercio pequeño, uno de esos puestos callejeros que tiene de todo, como aquellas tiendas de la infancia a las que tu madre te mandaba cada día, porque cada día se le había olvidado algo, y tú ibas a casa de tía Eulogia, o luego de Sergio, y de allí, de aquel espacio mínimo, sin paredes, sólo estantes repletísimos a punto de venirse abajo, tú siempre volvías con el mandado hecho. Pues sí, como aquellos mostradores de madera de la infancia, así es esta exposición que se puede visitar hasta el quince de enero en la Biblioteca Real de Bélgica en Bruselas: cajas de leche en polvo Nido, pastillas de jabón (las lagarto), tintes para el pelo, cajetillas de tabaco, carátulas de discos, sillas de plástico, etc, pequeños objetos insólitos y emblemáticos; pero también fotos, esculturas, videoinstalaciones. Una exposición muy curiosa.

El comisario de esta inmersión en el imaginario congolés es el profesor Toma Muteba Luntumbue; y de recrear este universo popular se encargaron, entre otros, los artistas Sarah Vanagt, Colin Delfosse, Louis Kakudji, Aimé Mpane, etc.

La vitalidad cotidiana de un sitio cálido en los estantes de otro muy frío, y la verdad, acaba por no ser tan difícil lo de imaginarse a uno deambulando por las calles de Kinshasa.


viernes, 17 de diciembre de 2010

Revistas (1)


Eulalie es una revista de actualidad sobre libros y letras en la región de Nord-Pas-de-Calais y en general en el norte de Francia. El nombre de la revista es un homenaje al manuscrito Cantilène de Sainte Eulalie, (Cantilena de Santa Eulalia), un texto redactado en torno al año 880 y que hoy es considerado como el primer texto literario en lengua romance, antecedente del francés moderno. Hasta ahora han salido cinco números, y todos se caracterizan por estar muy bien ilustrados con muchas fotografías y secciones variadas: vida literaria, novedades, librerías, edición, bibliotecas, etc. Una de estas revistas que están bien para mantenerse al día. Si alguien tiene curiosidad, los números anteriores pueden verse aquí.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Todo lo bueno se acaba


Esta mañana, en el café, el mismo ventanal y tú no estabas. Por el camino el frío se fue mofando de mi gorro de lana, pero no pude decírtelo. La biblioteca es un estadio vacío y tú tampoco estás (ni siquiera estaban las monedas olvidadas en la máquina). Toñi, ¿Por qué coño te fuiste?

martes, 14 de diciembre de 2010

5ª Feria del Libro de Lille


La ciudad de Lille, dicen, es la capital del norte. A uno, siempre le había parecido una ciudad sin interés, una ciudad industrial, húmeda y fría en el norte de Francia; y, efectivamente, es una ciudad industrial, húmeda y fría en el norte de Francia, pero es también una ciudad hermosa y con toda la apariencia de ser muy interesante. Allí, en la Maison Folie, una antigua fábrica reconvertida en espacio cultural y por eso en casa loca, se celebró el pasado fin de semana la fiesta del libro:

Presentaciones, editoriales, café literario (animado por el crítico y periodista cultural Hubert Artus), charlas (interesante la del poeta inglés Ian Monk, ganas de leerlo), y también, claro, la zona de ventas: tres pisos, y literatura en todos los formatos, en bombones, en cajitas de cerillas, en cuenquitos para el té, literatura manuscrita, mecanografiada, ilustrada, profusamente dedicada. Fue una experiencia, más autores que visitantes, mirabas un libro y se te lanzaba el literato a convencerte, al final, casi daba miedo levantar la vista, no digo ya del estante, del suelo incluso.

Y como uno no está acostumbrado a que quienes escriben libros le intimiden de esa manera, salió confuso. Luego oyó decir aquello de que son cuestiones culturales, pero no acabó de convencerle, pensó, ¿será esto lo que nos viene?, y se asustó; luego pensó también en alguno de los huidizos, por ejemplo, en nuestro Álvaro Valverde, y sonrió (con malicia).

jueves, 9 de diciembre de 2010

Sergio Adillo en Nueva York


Sergio Adillo es un muchacho con talento, quien le conoce, lo sabe. Hoy lo dice Lama y se viene diciendo mucho últimamente: Artez, 20 minutos, El Mundo, El día de Valladolid… (no lo he visto aún ni en el Hoy ni en el Extremadura, pero seguro que también ha salido, o que saldrá). El caso es que este muchacho inquieto e ingenioso, del que los atentos van a oír hablar mucho (y los menos atentos también) a principios de este último verano se fue a Nueva York. Allí se encontró con la vallisoletana Lucía Rodríguez y los dos, con otros muchos (participan más de 40 personas de más de diez nacionalidades diferentes), montaron The Cross Border Project. Se trata de un proyecto multicultural con el que estos días están representando en el Teatro Thalia de Nueva York la obra Fuenteovejuna de Lope de Vega.

La particularidad es que la acción que Lope de Vega sitúo en la Andalucía de principios del siglo XVI no trascurre ni allí ni entonces, sino ahora y en la mexicana Ciudad Juárez. O sea, que la violencia, las injusticias y los oprimidos de entonces, son ahora  los cárteles de la droga, los feminicidios, la actitud del gobierno, etc.

Sergio Adillo ha sido el encargado de hacer la adaptación (sabe lo que se hace, su Tesis Doctoral se centra en las representaciones que la Compañía de Teatro Clásico ha hecho de La vida es sueño) y cuenta que  concibieron el montaje (construcción de los personajes, signos escénicos, etc) a partir de la técnica de Teatro del Oprimido de Augusto Boal, por eso hay una contraposición constante entre el oprimido y el opresor. Y visto desde aquí, es también ahí donde está la valentía. Lope escribió Fuenteovejuna en 1610, hoy, justo cuatrocientos años después, las formas de tiranía cambiaron de escenario pero permanecen vigentes, se murió aquel Fernán Gómez pero le nacieron cientos, lo fundamental, lo terrible, el dolor y la injusticia, siguen campando. Por eso cada día hay miles de razones para gritarlo y denunciarlo, por eso lo que están haciendo en Nueva York Sergio y sus colegas es mucho más que la representación de un clásico, es también y sobre todo, un acto de valentía y de coraje, de compromiso y de denuncia.

Y a todo esto, ¿quién hace del Comendador? Pues, Sergio Adillo.

martes, 7 de diciembre de 2010

Da vida bela


Acaba de aparecer en Portugal, editado pela Fundação Odemira Edições, la colectánea de cuentos “Da Vida Bela”. La publicación forma parte de la colección Língua Escrita, de la que ya se publicó el año pasado el primer volumen titulado “Da Natureza”. Como en el número anterior, la coordinación editorial es de Sara Monteiro y las ilustraciones de Margarida Perente.

En este volumen de “Da Vida Bela”, con prefacio de Fernando Silva y traducciones de Sara Monteiro y Filomena Alves, se presentan textos de J.M. Restivo Braz, Rui Costa, Luís Ene, António Gregório, Ana Gusmão, Paulo Kellerman, Sara Monteiro, Laura Nogueira, Risoleta C Pinto Pedro, Ana Ramalhete, Driss Buisssef Rekab, Pedro Sena-Lino y António Trinidad.

Hasta ahora, muchos textos sugerentes, algunos nombres para retenerlos y una gran satisfacción. Gracias, Sara.
 

viernes, 3 de diciembre de 2010

En el Museo Judío de Bélgica


Se ha escrito que la mujer de esta fotografía, con su rostro prematuramente envejecido, expresa por sí sola la esperanza de un pueblo que esperaba en las reformas de los días venideros sus horas felices. Tal vez. La foto la hizo Chim en un mitin en Extremadura en 1936. De Chim se han dicho muchas cosas buenas, por ejemplo, Robert Capa dijo que el verdadero fotógrafo era él; y Henri Cartier-Bresson que sin él, Magnum no hubiera podido existir.

El fotógrafo David Seymour (Chim) artista, humanista e intelectual nació en Varsovia el 20 de noviembre de 1911 y murió el 10 noviembre de 1956 cuando se disponía a fotografiar un intercambio de prisioneros tras el cese al fuego en la guerra del Sinaí. Se ha dicho que lo mataron las balas de un soldado de Nasser.

En el Museo Judío de Bélgica se puede ver actualmente una exposición retrospectiva de su obra. Muchas fotografías son del tiempo de nuestra Guerra Civil, dicen que Chim fue de los primeros fotógrafos que se desplazó a España para denunciar lo que pasaba, que quiso estar en el frente y en la retaguardia. En la exposición hay varios retratos de La Pasionaria, de Miguel Hernández arengando, de muchachos desquiciados en el frente y de niños que en la guerra jugaban a la guerra.

Además hay también muchas otras víctimas de otras guerras, de Polonia, de Hungría, de Italia, campos de refugiados, gente desplazada, hospitales… Terribles las fotografías de los orfelinatos. Y también glamour, Solían Loren bellísima sentada en la terraza de su apartamento, Françoise Sagan metida en otro mundo, Audrey Hepburn fumando, María Calas, Ingrid Bergman, Kirk Douglas, y la vida cotidiana en Grecia, y la esperanza de los emigrantes judíos llegando a la nueva patria… La exposición se apoya en textos cortos e imprescindibles; y se completa con documentos muy apropiados y explicativos: pasaportes, salvoconductos, periódicos de la época, su máquina Leica, etc. 

En fin, compasión, ternura, belleza y mucho dolor, sobre todo, mucho dolor. Una exposición que revuelve las entrañas y merece la pena.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Otra vez El Roto

El Roto El País
Qué tino tiene este tío.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los fantasmas del sombrerero

Se ha dicho que el término superventas se inventó para él o que tiene el honor de ser el escritor más publicado del siglo XX, será verdad, y cuando se lee a Simenon, tanto para bien como para mal, se entiende. El planteamiento de Los fantasmas del sombrerero es este: Léon Labbé, un respetable comerciante de La Rochelle, dueño de una sombrerería, acude cada noche al Café des Colonnes, donde juega su habitual partida de bridge con sus amigos de siempre. Desde hace unas semanas, varias mujeres han aparecido asesinadas en la ciudad, y un periodista, de nombre Jeantet, mantiene con el anónimo asesino un macabro diálogo a través de las páginas de un diario local. Entretanto, un sastre empobrecido, procedente del cercano Oriente y apellidado Kachudas, descubre casualmente un indicio sospechoso en la ropa de Labbé. Aterrorizado, decide guardar silencio a pesar de la tentadora recompensa que podría obtener si lo delatara…

Luego ya, una ciudad asfixiante y húmeda, muchas vidas anodinas, mediocridad, resentimiento, frustración, la insatisfacción sexual, el qué dirán, en fin, otra novela que se lee bien y que quiere aproximarse a lo que debe de ser la psicología de un asesino en serie.